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Enciende tu Fuego Interior

El Miedo al Cambio

Foto del escritor: DhartiDharti

Esta Es La Trampa Que Nos Impide Crecer.


Vivimos en una era en la que el cambio se presenta como una constante, sin embargo, muchos se sienten atrapados en sus propias circunstancias, resistiéndose al inevitable flujo de la vida. Nos hemos acostumbrado a buscar seguridad y estabilidad, aunque esto signifique sacrificar nuestro propio #CrecimientoPersonal. Pero, ¿qué es lo que realmente tememos cuando evitamos el cambio? ¿Es el fracaso, la incertidumbre o el miedo a descubrir quiénes somos realmente fuera de nuestra zona de confort?


El miedo al cambio no es más que el miedo a la transformación, una resistencia profunda a abandonar lo conocido. Nos aferramos a lo que consideramos seguro porque nos da una falsa sensación de control. Y aquí está la clave: la seguridad es una ilusión. Nada en esta vida está garantizado, y cuanto antes entendamos esto, más liberación encontraremos en el proceso de aceptar lo desconocido.


El verdadero crecimiento personal no se trata de acumular conocimiento o lograr un estatus de bienestar permanente. Crecer implica, en su esencia, estar dispuesto a perder partes de ti mismo en cada fase, partes que ya no te sirven, que te limitan y que te atan a un yo antiguo que ya no encaja con la vida que deseas.


¿Qué sucede en nuestro cerebro cuando tememos al cambio?


El cerebro está diseñado para protegernos, no para hacernos felices. Nos recuerda constantemente lo que podría salir mal y nos obliga a huir o quedarnos inmóviles ante la posibilidad de un riesgo. Por eso, en términos neurobiológicos, el cambio activa nuestra amígdala, la parte del cerebro encargada de la respuesta de lucha o huida. Sentimos ansiedad porque nuestro cuerpo y mente perciben el cambio como una amenaza. Pero aquí está el truco: la amígdala no distingue entre un león real y el miedo a cambiar de trabajo o salir de una

relación tóxica. Nos quedamos paralizados, prisioneros de una mente que no ha sido entrenada para abrazar el cambio como una oportunidad.


Si te das cuenta, la mayoría de las personas que admiramos no son aquellas que jamás han fallado, sino las que se han levantado después de cada caída. Estas personas han aprendido que el cambio, aunque incómodo, es el único camino hacia la expansión personal. Han entrenado su cerebro para interpretar lo nuevo como una oportunidad de crecer, en lugar de una amenaza.


Rompiendo el ciclo de la resistencia


¿Qué nos mantiene en este ciclo de miedo y resistencia? Nuestras creencias. Muchas veces, sin darnos cuenta, vivimos bajo el dominio de creencias limitantes que nos dicen: “No eres suficiente”, “No puedes”, “Es demasiado tarde”. Estas creencias no son reales, son simplemente pensamientos recurrentes que hemos decidido aceptar como verdades. Si no las desafiamos, se convierten en cadenas que nos atan a una vida de mediocridad y frustración.


¿Cómo romper con esto? El primer paso es observar. No puedes cambiar lo que no ves. Date cuenta de cuántas veces, a lo largo del día, tus pensamientos te llevan a escenarios de miedo, fracaso o duda. Observa cómo tu mente se escapa hacia la seguridad del pasado, recordándote cómo las cosas fueron malas alguna vez, para convencerte de que el futuro será igual de incierto.


Luego, actúa. A pesar del miedo, toma decisiones alineadas con tu crecimiento. Ningún cambio, por más pequeño que sea, se siente completamente cómodo al principio. Es normal. Pero cada paso fuera de tu zona de confort entrena a tu mente para aceptar lo nuevo y

desafiar lo establecido. Cuanto más practiques este enfoque, más fortaleces tu corteza prefrontal, la parte del cerebro encargada de la toma de decisiones conscientes y la regulación emocional.


Crecimiento es perderte para encontrarte.


Hay algo profundamente liberador en entender que no tienes que ser la misma persona que fuiste ayer. El crecimiento personal implica dejar de lado esa versión anterior de ti mismo, con todos sus miedos, creencias limitantes y viejas historias. Pero para llegar a ese punto, necesitas soltar. Soltar el miedo al juicio, al fracaso, a la incertidumbre.


Y sí, habrá momentos de incomodidad, porque el proceso de soltar y transformarse puede ser doloroso. Te encontrarás cara a cara con las versiones de ti que no quieres ser, con esos miedos que siempre has tratado de evitar. Pero, curiosamente, en esos momentos de mayor

incomodidad es cuando más creces.


El secreto está en confiar en el proceso, en entender que no tienes que tener todas las respuestas. No se trata de prever cada resultado o controlar cada paso del camino. Se trata de aprender a navegar el cambio con la certeza de que, aunque no sepas a dónde te llevará, siempre será hacia un lugar donde te descubrirás más fuerte, más libre y más tú.


Así que la próxima vez que el cambio toque a tu puerta, no lo veas como un enemigo. Invítalo a entrar. Porque detrás de esa incomodidad inicial se esconde la expansión que tu alma ha estado buscando.


Con cariño,

Dharti.

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Me he resistido al cambio , pensando en mi entorno, hijas , nietos y hoy me doy cuenta que mi tiempo transcurre y yo sigo aquí estancada y por quienes me quedaba ya tienen sus vidas y sus preocupaciones, Hoy es mi tiempo y decido aprovechar cada segundo y disfrutar lo.que me quedé de vida

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